No es de extrañar que, en esta situación, De Juana haya decidido volver a ponerse en huelga de hambre. Eso es lo que deberíamos hacer todos, no tanto para protestar sino por no tragarnos el engrudo ese con tomate que aquí llaman macarrones. Pero De Juana siempre ha sido bastante oportunista. Ahora que le van a soltar lo único que quiere es ponerse guapo para el reencuentro con su txurri (esto lo he puesto en vasco), pero querría verle yo haciendo huelga de hambre delante de un plato de chipirones en su tinta de Arzak o de un marmitako de Martín Berasategui. Unos cojones se iba a poner en huelga de hambre.
De todos modos siempre hay excepciones y sino que se lo digan a Thierry (para los despistados recordaré que Thierry era el número uno de la organización hasta que lo pillaron hace unos meses). De piedra me quedé yo el día que lo detuvieron. Hacía tiempo que no le veía y, como todo el mundo, la imagen suya que yo tenía en mi cabeza era la misma con la que funcionaba la policía, es decir, esta:

Y resulta que cuando anunciaron en las noticias que le habían detenido la imagen que nos ofrecieron fue la de este gordo vestido con polo verde, que más que un dirigente de ETA lo que parecía era un concursante de la primera edición de Gran Hermano con mala ostia:

"Joder Thierry, cómo te has puesto -pensé yo para mis adentros- menudas panzadas de comer que te has metido. Pero ahora vas a ver la que te espera con nuestros menús de mierda". Pues nada oye, que el tío desde que está en la cárcel sigue comiendo como una lima e incluso rebaña los platos de los demás. Vamos, que ya se yo quien se va a pedir la ración de De Juana con lo de la huelga de hambre.
"Arnaldo, aquí hay algo que no encaja -pensaréis-, por un lado nos dices que los vascos tenéis un paladar exquisito y por otro nos vienes con que el Thierry este se rebaña las sobras de vuestros platos". Eso mismo pensé yo hasta que caí en la solución, porque la nuestra es una doctrina sin fisuras y por ahí no me la vais a colar. La clave del "enigma Thierry" no es más que su verdadero nombre es Francisco Javier López Peña y con ese nombre este tío tiene un RH más positivo que la madre que me parió. Ni vasco ni ostias, un maqueto es el Thierry.